Cada vez más oímos el término Big Data y parece que ya está demodé hablar de Bussines Inelligence.
En muchos entornos he oído hablar de Big Data y me ha parecido que se confundía con el Business Intelligence (BI), que “parece que es lo mismo pero que estos informáticos expertos ya le han cambiado el nombre”, o que el Big Data viene a sustituir al BI.
En este post quiero intentar definir ambos conceptos de manera que nos permitan diferenciarlos claramente, así como identificar los usos y beneficios que nos aportan cada uno de ellos.
Definición de Business Intelligence (BI) de Gartner:
(http://www.gartner.com/it-glossary/business-intelligence-bi)
“La Inteligencia de Negocio (BI) es un término genérico que incluye las aplicaciones, la infraestructura y las herramientas, y las mejores prácticas que permiten el acceso y el análisis de la información para mejorar y optimizar las decisiones y rendimiento.”
Definición de Big Data de Gartner:
(http://www.gartner.com/it-glossary/big-data/)
“Conjunto de datos de gran volumen, alta velocidad y/o gran variedad de activos de información que exigen formulas innovadoras y rentables de procesamiento de la información y que permiten una visión mejorada, la toma de decisiones y la automatización de procesos.”
En otras palabras, Big Data nos permite tratar un gran volumen de datos, tanto estructurados como desestructurados, y que se reciben a una velocidad muy alta. Con esta información, las herramientas de BI nos permiten realizar análisis predictivos y avanzados, que nos ayudan en la toma de decisiones estratégicas en función de una predicción de comportamiento basada en datos reales que nos permiten reducir el umbral de error. Es decir, son términos complementarios.
Big Data nos permite incorporar más fuentes de datos, de manera que además de las habituales fuentes internas, podemos incorporar información de máquinas, sensores, smartphones, texto no estructurado como Tweets, tendencias de mercado, redes sociales, etc.
Podemos incorporar más volumen datos, ya que la cantidad de información que puede producir cada una de las fuentes anteriormente citadas nos lleva a manejar Teras de información por segundo que podemos gestionar en almacenamientos en cloud a precios altamente competitivos.
El BI, por su parte, nos aporta las herramientas para el análisis de los datos que conforman el Big Data (Aquí debo hacer un inciso para no limitar el uso de las herramientas de BI ya que, como tradicionalmente hemos hecho, también nos permite el análisis de Small Data)
Estas herramientas de BI dan un valor añadido a la obtención de datos que nos acompaña en la estrategia del negocio.
Uno muy importante es que los objetivos a conseguir con los indicadores que obtenemos ayudados de las herramientas de BI, son limitados por las propias herramientas. El requisito es que debemos utilizar tecnología que nos permita crear indicadores de los objetivos de negocio y valores de referencia, y probar si estos indicadores nos sirven para determinar si se han alcanzado esos objetivos y, además, poder mejorarlos y modificarlos ágilmente con métodos de BI rápidos para poder incluir nuevos requisitos.
He de decir que, muy habitualmente, nos encontramos con que la tecnología seleccionada nos limita en la forma de avanzar con nuestro análisis de datos debido a su manera de interactuar con el usuario final, a las limitaciones a la hora de interpretar la información, a la infraestructura necesaria para ser desplegadas, etc., pero hemos de tener claro que esto es un error. El objetivo es que la estrategia de negocio dicte la estrategia de IT. Es decir, la decisión de la tecnología a utilizar, debe venir de la mano de los usuarios de negocio y los usuarios finales.
Las soluciones de BI a utilizar deben ser intuitivas y fáciles de manejar, que el usuario final pueda darles el valor que busca sin dependencia del departamento de IT. Que permitan interpretar los datos sin que se necesiten complejos analistas, y que aporten al usuario la seguridad de que los datos son coherentes y son los necesarios, eliminando datos nulos o irrelevantes.
Cada uno en su rol verá la información identificada como importante para ese rol, de manera que puedan identificar las fortalezas y debilidades de su organización para alcanzar los objetivos definidos. Es importante recalcar en este punto que la formación de los usuarios en las herramientas y sus posibilidades es un factor clave para la consecución de los objetivos.
Ahora es el momento de apostar por tecnologías de BI que nos permitan avanzar en nuestros objetivos, analizando los datos que poseemos para definir una estrategia que nos permita incorporar otras fuentes de datos y avanzar en el conocimiento de nuestros clientes, nuestros competidores y nuestras propias fortalezas y debilidades.
Estamos en la era del Big Data, pero necesitamos empezar paso a paso. Aprovecha el momento y no te quedes fuera de juego. Otros ya lo están haciendo.