Con la popularidad que ha ganado la cadena de bloques en los últimos años, estamos convencidos de que has escuchado hablar de ella en más de una ocasión. Es popularmente conocida como ‘tecnología blockchain’ y ha dado vida al revolucionario ecosistema de las criptomonedas. ¿Recuerdas el lanzamiento del Bitcoin allá por 2009? No ha sido el único. La cadena de bloques también está marcando un antes y un después en otros sectores, como el de la automoción, las farmacéuticas, las cadenas de producción, la salud, la industria… Y un largo etcétera.
Pero ¿qué tiene esta tecnología para convertirse en la clave del futuro de tantos sectores? ¿En qué consiste la cadena de bloques?
Vamos a descubrirlo.
¿Qué es la cadena de bloques o blockchain?
Como su propio nombre indica, es una cadena compuesta por bloques que contienen datos codificados de una transacción en la red (no tiene por qué ser económica). Estos bloques se entrelazan entre sí, de ahí la palabra cadena, y permiten enviar información o intercambiar valor con una codificación basada en la criptografía. Es un sistema transparente y muy seguro. Y la información que contiene es prácticamente imposible de modificar. De ahí su valor para las industrias farmacéuticas, automovilísticas u otras.
En definitiva, nos encontramos ante un sistema que, a pesar de que saltó a la fama con el boom del Bitcoin, su alcance va mucho más lejos. Este ecosistema distribuido de información permite agrupar los datos en registros distribuidos y descentralizados. A partir de la cadena de bloques han surgido nuevas aplicaciones, como los llamados Smart contracts o contratos inteligentes.
La tecnología blockchain podría convertirse en el sistema apropiado para garantizar el proceso que sigue la fabricación de un medicamento y el cumplimiento de todos sus estándares de calidad. O controlar la trazabilidad de las piezas de fabricación de un automóvil y optimizar los costes de la logística. O incluso para registrar los datos de salud en tiempos de coronavirus sin comprometer la privacidad, la seguridad o la integridad de los datos de los pacientes.
Retos de la cadena de bloques o tecnología blockchain
¿A qué retos se enfrenta la cadena de bloques en la actualidad? La gran pregunta. Esta tecnología se ha posicionado como una de las grandes revoluciones del siglo XXI, pero tiene importantes retos que afrontar:
- Creación de un marco regulatorio y legal. Mientras no exista, la sociedad no terminará de confiar al 100% en esta tecnología. En países como Estados Unidos se están logrando importantes avances en esta materia, dado que el pasado mes de septiembre se aprobó la Ley sobre Blockchain en la Cámara de Representantes.
- Falta de control y operación con grandes cantidades de transacciones. Este es un gran desafío a superar de cara a las limitaciones de la cadena de bloques.
- Desconfianza. Gran parte de la sociedad sigue asociando la tecnología blockchain a los pagos en negro, pero es importante aclarar el trabajo que se está realizando para mejorar la seguridad y la transparencia de sus transacciones.
- Consumo de energía. La potencia es otro de los grandes desafíos a la hora de incorporar esta tecnología, ya que requiere gran cantidad de energía para su funcionamiento.
Legalidad, seguridad, privacidad y adaptabilidad siguen siendo algunos de sus importantes desafíos. Y a pesar de esto, la cadena de bloques es una tecnología muy prometedora con grandes beneficios para la sociedad. Veremos cómo avanza su aplicación en los próximos años.
4 ventajas de la cadena de bloques para todos
Como mencionábamos párrafos más arriba, la tecnología blockchain posee un gran potencial porque facilita la solución de problemas en numerosos sectores: agroalimentario, logístico, industrial, financiero, sanitario, etc. De hecho, hay compañías que ya lo están probando. Sin duda, implica un modelo de negocio mucho más ágil e independiente que los que habíamos conocido hasta ahora.
Toma nota de sus principales ventajas:
- Descentralización. La ausencia de una autoridad central o intermediarios aumenta la velocidad de las transacciones y simplifica el proceso de transmisión de información/valor.
- Reducción de costes. Agiliza la comunicación, automatiza los procesos y elimina la presencia de terceras personas. Lo cual influye directamente en la reducción de los costes.
- Mayor seguridad y transparencia. Lo que se traduce en confianza. Las operaciones son cifradas y codificadas, lo que garantiza la seguridad de la información, construyendo un auténtico entorno de confianza.
- Seguimiento de la información. Gracias al almacenamiento de datos que llevan a cabo los bloques, se puede rastrear la información contenida en ellos de una forma mucho más sencilla. Hablamos de un mecanismo de trazabilidad muy efectivo.
La cadena de bloques es mucho más que una tecnología. Pretende dar respuesta al mayor problema de la actualidad: la desconfianza. Se ha convertido en una de las tendencias más importantes de la transformación digital y su papel será clave para multitud de sectores. Además, cada vez son más los clientes que la demandan.
¿Tienes dudas sobre su funcionamiento? Cuéntanoslas y no te quedes con ellas.